Luis llegó a casa sobre las cinco después del cole y pasó toda la tarde jugando con su hermana Anna y pensando en qué le traería el Ratoncito Pérez, estaba ilusionado e impaciente por ver su regalito.
Cenó muy temprano, se puso el pijama, se cepilló los dientes y se fue muy temprano a la cama por si el ratoncito pasaba antes de lo previsto. Durante la noche estuvo algo inquieto y se despertó varias veces pensando en que quizás ya había llegado el ratoncito a dejar su regalo, pero no se movió de la cama, por si estaba por allí y lo asustaba.
A la mañana siguiente su hermana Anna que dormía en la misma habitación que Luis se despertó la primera y fue corriendo a llamar a Luis, pues ella también estaba impaciente por ver lo que le había traído el Ratoncito Pérez a su hermano.
Despertó a Luis y juntos buscaron debajo de la almohada y allí estaba su regalito, el ratoncito Pérez le había dejado varias monedas. Luis las cogió feliz y entonces cuando ya se disponían a ir a la cocina a desayunar y contárselo a sus papás Anna se vió en la mesilla un sobre pequeñito.
¡Luis espera! exclamó, he visto otra cosa, ¿habrá sido el Ratoncito Pérez? Vamos a ver lo que es, rápido. Así que Luis cogió el sobrecito y nervioso se dispuso a abrirlo, ¡Mira Ana! exclamó sorprendido, ¡Es una carta del Ratoncito Pérez!
Luis no podía creerlo, el mismísimo Ratoncito Pérez le había escrito una carta en la que le contaba que estaba muy contento de recoger su diente y sobre todo de que estuviera tan bien cuidado.
Además, en la carta el Ratoncito le daba algunos consejos sobre cómo cuidar sus dientes a partir de ahora para tener una sonrisa perfecta.
Luis y Anna felices y sorprendidos bajaron rápidamente a contárselo a su papá y a su mamá y también lo contaron a todos sus compañeros del cole.